Un día después de haber logrado la única medalla dorada para
Argentina, el taekwondista Sebastián Crismanich reveló que desde los "9 ó
10 años soñaba" con ser campeón mundial y olímpico, en lo que
finalmente fue un verdadero vaticinio tras la proeza lograda en Londres
2012.
"Cuando a los 9, 10 años vi a Camau Espínola (actual intendente de Corrientes capital y múltiple medallista olímpico en yachting) caer con uno de sus premios le pregunté a mi papá qué son los Juegos Olímpicos me dijo que es un mundial pero de todos los deportes. Fue la primera vez que lo vi a Camau, nos sacamos una foto con él y dije que yo quiero ser como Camau Espínola", recordó pocas horas después de consagrarse en Londres.
Crismanich, de a poco trata de tomar conciencia de lo que pasó. La primera medalla dorada individual para el país desde 1948 es algo que impacta.
Tras este gran logro se suma otro: el correntino transportará la bandera argentina en la ceremonia de clausura, después de un gran gesto (literalmente) del basquetbolista Luis Scola.
Como siempre sucede en estos casos, el resultado en los últimos días de los Juegos Olímpicos prevalecen por sobre votaciones previas realizadas en el país.
Pero Crismanich prefiere pensar en el regreso al país y en el reencuentro con su familia: "Me habían anticipado que me van a esperar con autobombo, se que va a ser una vuelta imparable. Días y días a salir con mis amigos y mi familia, festejar con todos ellos, me voy a tomar mi tiempo para poder hacerlo porque hubo mucha gente que estuvo atrás de esto para que yo este cumpliendo este sueño".
Una competencia de este tipo no es sencilla, todos llegan de la mejor manera, Crismanich lo sabía y se planteó "cada combate como el de la final de un Mundial".
"Veníamos con esa mentalidad, fueron cuatro combates durísimos tanto táctica como físicamente. Nos preparamos bien para enfrentar el compromiso si es que queríamos conseguir esto", afirmó.
Sobre si la medalla tendrá un lugar especial, Crismanich aseguró que su mamá será la encargada de "poner todo en la vitrina".
"No sé dónde irá a parar, qué hará con esta medalla. Aunque no puede quedar en cualquier lado. Pero va para ella y me queda decirle ´mamá, cumplí mi objetivo´, ahora me queda el objetivo de mamá que es recibirme. Antes de venir me dijo trae la medalla de oro que es tu sueño y después recibite y cumplí el mío", sostuvo.
Pero antes de este domingo inolvidable que se viene para él, Sebastián Crismanich dialogó con Noticias Argentinas.
NA - ¿Cómo imaginás a tus padres y a tu hermano en estos momentos?
SC - Deben estar más contentos que yo. Yo todavía no caigo. Necesito llegar, estar tranquilos y hablar con ellos. Sé que deben estar llorando sin parar, una alegría inmensa que no se puede explicar. Ver a su hijo consiguiendo el objetivo soñado. Esto es un equipo, mi familia es el principal equipo que tuve. Gracias a ellos lo logré todo, por eso no veo la hora de llegar a allá y estar con ellos.
NA - ¿Lograste tomar conciencia de lo que hiciste?
SC - No caí, no puedo explicarlo. Estoy pensando qué decirte pero no puedo explicarte mucho. En momentos previos a estos Juegos Olímpicos y hace muchos años pensaba con el solo hecho de ver la bandera arriba, de escuchar que suene el himno y yo con un metal colgado en mi pecho me daba escalofríos, me temblaban las piernas y decía "eso quiero ser". Ahora se me dio y es más de lo que soñé pero voy a ir disfrutando por largo tiempo esta medalla.
NA - ¿Que fue lo que más disfrutaste?
SC - Ver la bandera y escuchar el himno es lo que más emociona. Si ustedes pudieran vivir tan solo un segundo de lo que yo he vivido escuchando el himno y mostrándole a todo el mundo que hoy la Argentina está ahí arriba la verdad que viviría toda una vida para disfrutar un solo segundo de eso. Es lo único que puedo decirte. Es la única manera que tengo para explicártelo. Tenia miedo de caerme, me temblaba todo el cuerpo de la emoción que tenía.
NA - ¿Te preocupó la lesión en la rodilla izquierda faltando ocho segundos?
SC - La realidad es que sabía que podía aguantar la lesión por ocho segundos. No tenía que preocuparme qué pudiera ser, simplemente tenía que pensar cómo resolver esos 8 segundos y después se verá si es tan drástica la lesión o no. Con la alegría que tenía, se anestesia todo lo que está pasando. Ya venía vendado en esa rodilla y arrastrando lesión de varios torneos ya que tuvimos mucha competencia este año, gracias a Dios. Todos los que trabajan al límite para llegar al máximo de su rendimiento, siempre alguna lesión que otra aparece.
NA - ¿Cómo llegaste a practicar en WTF, organización olímpica del taekwondo y no a ITF (sin cascos)?
SC - Muchos de nuestros comienzos en Corrientes, en ciudad retirada a la capital del país, no existía la práctica del taekwondo WTF. Había mas desarrollo de ITF (International Taekwondo Federation). Hasta que llegó Fernando Mansilla desde Buenos Aires que había estudiado taekwondo WTF (World Taekwondo Federation), con su cinturón negro retomó su vida en Corrientes. Mi hermano Mauro (el mayo) arrancó en la misma especialidad casi al mismo tiempo.
NA - ¿Cómo te acordás tus comienzos?
SC - Empecé con mi entrenador Tomás Domínguez y seguí con Fernando Mantilla que fue el entrenador que me marcó la vida con su enseñanza. Me enseñó a ver que yo tenía futuro olímpico si yo le daba duro. Empecé a soñar desde entonces. Obviamente mi familia hacia esfuerzos sin que yo lo sepa. Vender todo lo que se tenía para viajar a competir. Para alcanzar y soñar con ese nivel para el día de mañana ser olímpico. Yo pensaba de tan chico "¿por qué no ser campeón de los Juegos Olímpicos?". Con esa mentalidad yo me levantaba cada día a entrenar y en esos días en donde no podía más, nunca falte a un entrenamiento porque buscaba este sueño y lo cumplí. Si quería tener una experiencia olímpica era practicando WTF. Nosotros éramos muy chicos y mi papá se encargó de buscar los entrenadores y lo mejor para nosotros. Cuando tuvimos que partir desde Corrientes para entrenar con la selección argentina, le costó mucho, él no quería pero lo hizo porque sabía que teníamos un sueño y partimos para Córdoba.
NA - ¿Tu meta siempre fue ser el mejor?
SC - Cuando empecé con el taekwondo pensé en que yo podía ser campeón mundial. Mi entrenador Mantilla me dijo: "si, porqué no, siempre entrená duro". Cuando a los 9, 10 años vi a Camau Espínola caer con uno de sus premios le pregunté a mi papá qué son los Juegos Olímpicos me dijo que es un mundial pero de todos los deportes. Fue la primera vez que lo vi a Camau, nos sacamos una foto con él y dije que yo quiero ser como Camau Espínola. Ahí empecé a soñar con ser un medallista olímpico. De ahí no aflojé, fue la meta principal de mi vida y lo cumplí a mis 25 años. Me gustaría estar en corrientes, darle un abrazo y decirle "gracias por ser mi inspiración.
FUENTE: TERRA.COM
